Varios millones de australianos se encuentran afectados por esta situación que comenzó a finales de noviembre y que desde entonces ha causado 31 muertos y una docena de desaparecidos.

La gente ha tenido que refugiarse en otras localidades más seguras mientras pueden, ya que se prevé que las inundaciones duren unos días más y no será nada fácil hacerles llegar las provisiones. De momento, unas 3.500 personas han sido evacuadas a algunos de los 22 centros de socorro abiertos.
Además, el agua del río Loddon, en el pueblo de Kerang, casi se está desbordando. Las paredes del dique se están agrietando y amenaza con caer.
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